viernes, 3 de noviembre de 2017

CATOLICOS CONTRA PROTESTANTES -POR QUE HAY TANTA ANIMOSIDAD?.

 "Católicos contra Protestantes - ¿por qué hay tanta animosidad?"

Respuesta: 
Esta es una pregunta simple con una complicada respuesta, porque hay varios grados de, y razones para, la animosidad entre cualquier par de grupos religiosos. Esta batalla en particular tiene sus raíces en la historia. Hay grados de reacción que han ido desde un desacuerdo amistoso (como lo reflejado en los numerosos diálogos ecuménicos producidos entre dos grupos), hasta la persecución y el asesinato de protestantes a manos de Roma. Las enseñanzas de la Reforma que identificaban al Papa como la Bestia de Apocalipsis y al Catolicismo Romano como el Misterio de Babilonia, son aún comunes entre los protestantes. Desde luego, cualquiera con esta opinión no va a acercarse como amigo a Roma en un futuro próximo.

Para la mayor parte, al menos en la actualidad, mucha de la animosidad viene de la naturaleza humana básica cuando trata con un desacuerdo fundamental sobre verdades eternas. Las pasiones se disparan en la mayoría de los asuntos importantes de la vida, y la fe de uno está (o al menos debería estar) en la cima del montón. Muchos protestantes piensan que los católicos enseñan un evangelio de obras que no puede salvar; mientras que los católicos romanos piensan que los protestantes enseñan una creencia fácil que no requiere más que provocar una explosión emocional por medio de una predicación manipuladora. Los protestantes culpan a los católicos de adorar a María y los católicos piensan que los protestantes son aparentemente demasiado torpes para entender las distinciones que Roma ha hecho a este respecto. Estas caricaturas son con frecuencia difíciles de superar.

Detrás de los particulares desacuerdos sobre el papel de la fe y las obras, los sacramentos, el canon de la Escritura, el papel del sacerdocio, las oraciones a los santos, y todas las discusiones que rodean a María y el Papa, etc., está la mayor grieta entre el Catolicismo Romano y el Protestantismo - el desacuerdo de la autoridad. La manera en que uno responda a la pregunta sobre la autoridad, generalmente resolverá todas las demás. Cuando se trata de decidir un desacuerdo teológico acerca de la definición del dogma católico, no hay mucho que discutir en el lado católico, porque una vez que Roma habla, queda establecido. Esto es un problema cuando se trata de rebatir a un católico romano – la razón y la Escritura no son una autoridad final para los católicos. Ellos siempre pueden retraerse a la “zona segura” de la autoridad Católica Romana.

Muchos de los argumentos entre protestantes y católicos girarán alrededor de la “interpretación privada” de uno sobre la Escritura, en contra de las “enseñanzas oficiales de la Iglesia Católica Romana.” Los católicos afirman evadir con éxito los legítimos problemas de la interpretación privada, por su confianza en su tradición. Pero esto solo empuja la pregunta un paso hacia atrás. La verdad es que ambos, católicos romanos y protestantes, deben, al final, basarse en sus habilidades de razonamiento (para elegir su autoridad) y sus habilidades interpretativas (para entender lo que esa autoridad enseña), a fin de determinar en lo que creerán. Los protestantes están simplemente más dispuestos a admitir que este es el caso.

Ambos lados también pueden ser ferozmente leales a su fe familiar o la iglesia donde crecieron sin pensar mucho en los argumentos doctrinales. Obviamente hay muchas posibles razones, y mientras que no debemos dividirnos por desacuerdos secundarios, ambos lados acuerdan que sí debemos dividirnos cuando se trata de desacuerdos primarios. Más allá de eso, podemos acordar el diferir y adorar donde nos encontremos más de acuerdo. Cuando se trata del Catolicismo Romano y el Protestantismo, las diferencias son demasiado grandes para ignorarlas. Sin embargo, eso no nos da licencia para hacer caricaturas o juicios ignorantes – ambos lados necesitan ser honestos en sus argumentos y tratar de no ir más allá de lo que Dios ha revelado.
Marcos.16.15. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. Marcos.16.16. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

¿CUAL ES EL PUNTO DE VISTA CRISTIANO SOBRE EL MUNDO.

: "¿Cuál es el punto de vista cristiano sobre el mundo?"

Respuesta: 
El punto de vista se refiere a una concepción comprensiva del mundo desde una perspectiva determinada. El punto de vista cristiano del mundo es, entonces, una concepción comprensiva del mundo desde la perspectiva cristiana. El punto de vista del mundo de un individuo en su “concepto global” – su cosmovisión. Es la armonía de todas sus creencias acerca del mundo. Es su manera de entender la realidad. La visión que tengamos del mundo es la base para la toma de decisiones diarias, y por lo tanto, resulta extremadamente importante.

Una manzana colocada sobre una mesa es vista por mucha gente. Al mirarla un botánico, la clasifica. Un artista la ve como aún viva y la dibuja. Un abarrotero la ve como un bien disponible y la registra en su inventario. Un niño ve en ella su almuerzo y se la come. La manera en que veamos cualquier situación está influenciada por la forma en que veamos al mundo en general. Cada punto de vista del mundo, cristiano o no cristiano, incluye al menos estas tres preguntas:

1) ¿De dónde venimos? (y ¿por qué estamos aquí?)
2) ¿Qué le sucede al mundo?
3) ¿Cómo podemos componerlo?

En la actualidad, el enfoque más común sobre el mundo es el naturalismo, que responde así a estas tres preguntas. (1) Somos el producto de una serie de circunstancias impersonales de la naturaleza, sin ningún propósito real. (2) No respetamos la naturaleza como deberíamos. (3) Podemos salvar al mundo a través de la ecología y la conservación. El punto de vista naturalista genera muchas filosofías interrelacionadas tales como una moral relativista, el existencialismo, el pragmatismo y filosofías utópicas.

Por otro lado, el punto de vista del mundo desde la perspectiva cristiana, responde a estas tres preguntas bíblicamente: (1) Somos una creación de Dios, designados para gobernar al mundo y tener compañerismo con Él (Génesis 1:27-28; 2:15). (2) Pecamos contra Dios y sujetamos todo el mundo a maldición (Génesis 3). (3) Dios Mismo ha redimido al mundo a través del sacrificio de Su Hijo Jesucristo (Génesis 3:15; Lucas 19:10), y un día restaurará la creación a su estado perfecto (Isaías 65:17-25). El punto de vista del mundo desde la perspectiva cristiana nos lleva a creer en una moral única y absoluta, en milagros, en la dignidad humana, y en la posibilidad de redención.

Es importante recordar que el punto de vista del mundo es comprensivo. Ello afecta cada área de la vida, desde el dinero hasta la moral, desde la política hasta el arte. El verdadero cristianismo es más que una serie de ideas utilizadas en la iglesia. El cristianismo, como se enseña en la Biblia, es en sí mismo un punto de vista del mundo. La Biblia nunca distingue entre una vida “religiosa” y una “secular”; la vida cristiana es la única vida que existe. Jesús se proclamó a Sí mismo “el camino, y la verdad y la vida” (Juan 14:6) y al hacerlo, se convirtió en nuestra visión del mundo.
Marcos.16.15. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. Marcos.16.16. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

viernes, 1 de septiembre de 2017

¿QUE ES DISCIPULADO CRISTIANO?

"¿Qué es discipulado cristiano?"

Respuesta: 
Por definición, un discípulo es un seguidor, uno que acepta y colabora en la difusión de las doctrinas de otro. Un discípulo cristiano es una persona que acepta y colabora en la difusión de las buenas nuevas de Jesucristo. El discipulado cristiano es el proceso mediante el cual los discípulos crecen en el Señor Jesucristo y son equipados por el Espíritu Santo, que habita en nuestros corazones, para vencer las presiones y las pruebas de la vida presente y se vuelven más y más parecidos a Jesús. Este proceso requiere que los creyentes respondan a la invitación del Espíritu Santo para examinar sus pensamientos, palabras y acciones, y que las comparen con la palabra de Dios. Esto requiere que estemos en la palabra diariamente, estudiándola, orándola, y obedeciéndola. Además, debemos estar siempre dispuestos a dar testimonio de la razón de la esperanza que está en nosotros (1 Pedro 3:15) y a discipular a otros a que anden en el camino de Dios. De acuerdo a las escrituras, ser un discípulo cristiano implica crecimiento personal que se caracteriza por lo siguiente:

1. Poner a Jesús en primer lugar en todas las cosas (Marcos 8:34-38). El discípulo de Cristo debe estar apartado del mundo. Nuestra atención debe centrarse en nuestro Señor y satisfacerlo en todos los ámbitos de nuestras vidas. Debemos dejar el egocentrismo y revestirnos de Cristo-centrismo.

2. Seguir las enseñanzas de Jesús (Juan 8:31-32). Debemos ser hijos obedientes y hacedores de la palabra. La obediencia es la prueba suprema de la fe en Dios (1 Samuel 28:18), y Jesús es el ejemplo perfecto de la obediencia cuando vivió en la tierra una vida de completa obediencia al Padre hasta la muerte (Filipenses 2:6-8).

3. Dar fruto (Juan 15:5-8). Nuestro trabajo no es producir fruto. Nuestro trabajo es permanecer en Cristo, y si lo hacemos, el Espíritu Santo producirá el fruto, y este fruto es el resultado de nuestra obediencia. A medida que nos hacemos más obedientes al Señor y aprendemos a andar en sus caminos, nuestras vidas cambiarán. El cambio más grande tendrá lugar en nuestros corazones, y rebosará una nueva conducta (pensamientos, palabras y acciones) representativa de ese cambio. El cambio que buscamos se realiza desde adentro hacia afuera, a través del poder del Espíritu Santo. No es algo que hagamos aparecer por nuestra propia cuenta.

4. Amar a otros discípulos (Juan 13:34-35). Se nos dice que el amor de los demás creyentes es la evidencia de ser un miembro de la familia de Dios (1 Juan 3:10). El amor se define y se explica en detalle en 1 Corintios 13:1-13. Estos versículos nos muestran que el amor no es una emoción; es acción. Debemos estar haciendo algo e involucrarnos en el proceso. Además, se nos dice que debemos estimar a los demás como superiores a nosotros mismos y mirar por el interés de los demás (Filipenses 2:3-4). El siguiente versículo de Filipenses (versículo 5) realmente resume lo que vamos a hacer cuando se trata de todas las cosas en la vida: "Nuestra actitud debe ser la misma que hubo en Cristo Jesús". Qué ejemplo perfecto de lo que él es para nosotros, para todo lo que vamos a hacer en nuestro caminar cristiano.

5. Evangelismo - hacer discípulos a otros (Mateo 28:18-20). Queremos compartir nuestra fe y decirle a los no creyentes acerca de los maravillosos cambios que Jesucristo ha hecho en nuestras vidas. No importa cuál sea nuestro nivel de madurez en la vida cristiana, tenemos algo que ofrecer. Con demasiada frecuencia, creemos la mentira de Satanás que realmente no sabemos lo suficiente o no hemos sido cristianos lo suficiente como para hacer una diferencia. ¡No es cierto! Algunos de los representantes más entusiastas de la vida cristiana son nuevos creyentes que acaban de descubrir el asombroso amor de Dios. Puede que ellos no sepan un montón de versículos de la biblia o la forma "aceptada" de decir las cosas, sin embargo han experimentado el amor del Dios viviente, y eso es exactamente lo que vamos a compartir.
Marcos.16.15. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. Marcos.16.16. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

domingo, 13 de agosto de 2017

¿ESTA MAL TENER IMAGENES DE JESUS?

 "¿Está mal tener imágenes de Jesús?"

Respuesta: 
Cuando Dios dio su ley a la humanidad, empezó con una declaración de quién es Él: "Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto", (Éxodo 20:2) con la advertencia de que Israel no debía tener ningún otro Dios sino Él. Enseguida Él añadió la prohibición de hacer cualquier imagen de cualquier cosa "que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra", (Éxodo 20:4) con la finalidad de adorarlos o de inclinarse a ellos. Lo fascinante de la historia del pueblo judío es que desobedecieron este mandamiento más que cualquier otro. Una y otra vez, se hicieron ídolos para representar dioses y los adoraron, empezando con el becerro de oro durante el tiempo que Dios estaba escribiendo los Diez Mandamientos a Moisés (Éxodo 32). La adoración de los ídolos no sólo alejó a los israelitas del Dios vivo y verdadero, sino que los condujo a todo tipo de pecados, incluyendo la prostitución del templo, orgías, e incluso el sacrificio de niños.

Por supuesto, el simple hecho de tener una imagen de Jesús en el hogar o en la iglesia, no significa que las personas están practicando la idolatría. Es posible que un retrato de Jesús o un crucifijo puedan convertirse en un objeto de adoración, en cuyo caso el adorador tiene la culpa. Pero no hay nada en el Nuevo Testamento que prohíba específicamente a un cristiano el tener una imagen de Jesús. Esta imagen podría muy bien ser un recordatorio para orar, para volver a centrarse en el Señor, o para seguir las huellas de Cristo. Pero los creyentes deben saber que el Señor no puede ser reducido a una imagen bidimensional y que la oración o la adoración no se ofrecen a una imagen. Una imagen nunca será una imagen completa de Dios, ni de mostrar con precisión su gloria; nunca debe ser un sustituto de cómo vemos a Dios o profundizar en nuestro conocimiento de Él. Y, por supuesto, incluso la más bella representación de Jesucristo no es nada más que la idea de un artista de cómo era el Señor.

Así que, no sabemos cómo era Jesús. Si para nosotros fuera importante el saber los detalles de su apariencia física, Mateo, Pedro y Juan, sin duda nos hubieran dado una descripción exacta, al igual que los propios hermanos de Jesús, Jacobo y Judas. Sin embargo, estos escritores del Nuevo Testamento no ofrecen detalles acerca de los atributos físicos de Jesús. Nos queda a nuestra imaginación.

Nosotros ciertamente no necesitamos una imagen para mostrar la naturaleza de nuestro Señor y Salvador. Sólo tenemos que mirar su creación, tal como se nos recuerda en el Salmo 19:1-2: "Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría". Además, debemos tenerlo siempre a Él delante nuestro, como los redimidos del Señor, santificados y justificados por su sangre derramada en la cruz. 

La Biblia que es la Palabra de Dios, también está llena de descripciones no físicas de Cristo, que captura nuestra imaginación y emociona nuestras almas. Él es la luz del mundo (Juan 1:5); el pan de vida (Juan 6:32-33); el agua viva que sacia la sed de nuestras almas (Juan 4:14); el sumo sacerdote que intercede por nosotros ante el Padre (Hebreos 2:17); el buen Pastor que da su vida por sus ovejas (Juan 10:11, 14); el Cordero perfecto de Dios (Apocalipsis 13:8); el autor y consumador de nuestra fe (Hebreos 12:2); el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6); y la imagen del Dios invisible (Colosenses 1:15). Ese salvador es más hermoso para nosotros que cualquier trozo de papel colgado en la pared.

En su libro Cordón De Oro, la misionera Amy Carmichael, habla de Preena, una joven indígena que se convirtió en cristiana y vivió en el orfanato de la señorita Carmichael. Preena nunca había visto una imagen de Jesús; en su lugar, la señorita Carmichael oró para que el Espíritu Santo revelara a Jesús a cada una de las niñas, "¿quién sino el divino puede mostrar al divino?" Un día, Preena recibió un paquete desde el extranjero. Ella lo abrió muy emocionada y sacó una imagen de Jesús. Preena inocentemente preguntó quién era, y cuando le dijeron que era Jesús, estalló en lágrimas. Le preguntaron: "¿Cuál es el problema?", "¿Por qué estás llorando?" La respuesta de la pequeña Preena lo dice todo: "Pensé que Él era mucho más hermoso que esto" (página 151).
Marcos.16.15. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. Marcos.16.16. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

domingo, 6 de agosto de 2017

¿QUE DICE LA BIBLIA ACERCA DE LA GUERRA ESPIRITUAL?

¿Qué dice la Biblia acerca de la guerra espiritual?"

Respuesta: 
Hay dos errores primarios cuando se habla de guerra espiritual: sobre-enfatizarla y subestimarla. Algunos culpan de cada pecado, cada conflicto y cada problema a los demonios que necesitan ser expulsados. Otros ignoran completamente la realidad espiritual, y el hecho de que la Biblia nos enseña que nuestras batallas son contra poderes espirituales. La clave para el éxito en la guerra espiritual es encontrar el balance bíblico. Algunas veces Jesús expulsó demonios de la gente, y algunas veces sanó a la gente sin mencionar lo demoníaco. El apóstol Pablo enseñó a los cristianos a librar batallas contra el pecado en ellos mismos (Romanos 6), y a librar batallas en contra del maligno (Efesios 6:10-18).

Efesios 6:10-12 declara, “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” Este pasaje nos enseña algunas verdades cruciales; (1) Sólo podemos estar fuertes en el poder del Señor, (2) Es la armadura de Dios la que nos protege, (3) Nuestra batalla es contra fuerzas espirituales de maldad en el mundo.

(1) Un poderoso ejemplo de esto es el arcángel Miguel en Judas verso 9. Miguel, como el más poderoso de todos los ángeles de Dios, no reprendió a Satanás en su propio poder, sino que dijo “El Señor te reprenda.” Apocalipsis 12:7-8 dice que en el final de los tiempos, Miguel derrotará a Satanás. Aún así, cuando se presentó su conflicto con Satanás, Miguel reprendió a Satanás en el nombre y autoridad de Dios, no en la suya propia. Es sólo a través de nuestra relación con Jesucristo que nosotros, como cristianos, tenemos alguna autoridad sobre Satanás y sus demonios. Es sólo en Su nombre que nuestra reprensión tiene algún poder.

(2) Efesios 6:13-18 nos da una descripción de la armadura espiritual que Dios nos da. Debemos estar firmes con (a) el cinturón de la verdad, (b) la coraza de justicia (c) el Evangelio de la paz, (d) el escudo de la fe, (e) el yelmo de la salvación, (f) la espada del Espíritu, y (g) orando en el Espíritu. ¿Qué es lo que estas piezas de la armadura espiritual representan para nosotros en la guerra espiritual? Debemos hablar la verdad contra las mentiras de Satanás. Debemos descansar en el hecho de que somos declarados justos por el sacrificio que Cristo hizo por nosotros. Debemos proclamar el Evangelio, sin importar cuánta resistencia recibamos. No debemos vacilar en nuestra fe, no importa cuán fuertemente seamos atacados. Nuestra defensa principal es la seguridad de que tenemos nuestra salvación, y el hecho de que las fuerzas espirituales no pueden quitárnosla. Nuestra arma ofensiva está en la Palabra de Dios, no en nuestras propias opiniones y sentimientos. Debemos seguir el ejemplo de Jesús en reconocer que algunas victorias espirituales sólo son posibles a través de la oración.

Jesús es nuestro mejor ejemplo para la guerra espiritual. Observa cómo Jesús manejó los ataques directos de Satanás: “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a Él el tentador, y le dijo; Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Él respondió y dijo: Escrito está; No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a Él solo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.” (Mateo 4:1-11) La mejor manera de combatir a Satanás es la manera que Jesús nos mostró y que fue citando la Escritura, porque el diablo no puede manejar la espada del Espíritu, la Palabra del Dios Viviente.

El mejor ejemplo de cómo no comprometerse en una guerra espiritual fueron los siete hijos de Esceva. “Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo; Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. Pero respondiendo el espíritu malo, dijo; A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.” (Hechos 19:13-16). ¿Cuál fue el problema? Los siete hijos de Esceva estaban usando el Nombre de Jesús. Eso no es suficiente. Los siete hijos de Esceva no tenían una relación con Jesús, por lo tanto sus palabras eran carentes de cualquier poder o autoridad. Los siete hijos de Esceva se estaban basando en una metodología. Ellos no se basaban en Jesús, y no estaban empleando la Palabra de Dios en su guerra espiritual. Como consecuencia, recibieron una humillante golpiza. Aprendamos de su mal ejemplo y manejemos las batallas espirituales como lo describe la Biblia.

En resumen, ¿cuáles son las claves para el éxito en la guerra espiritual? Primero, que nos apoyemos en el poder de Dios, no en el nuestro. Segundo, reprendamos en el Nombre de Jesús, no en el nuestro. Tercero, protegernos con toda la armadura de Dios. Cuarto, librar nuestras batallas con la espada del Espíritu – La Palabra de Dios. Por último, debemos recordar que aunque libramos batallas contra Satanás y sus demonios, no cada pecado o problema es un demonio que necesita ser reprendido. “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó” (Romanos 8:37).
Marcos.16.15. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. Marcos.16.16. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

¿POR QUE ENSEÑABA JESUS EN PARABOLAS?.

"¿Por qué enseñaba Jesús en parábolas?"

Respuesta: 
Se ha dicho que una parábola es una historia terrenal con un significado celestial. El Señor Jesús con frecuencia usaba parábolas como un medio para ilustrar verdades profundas y divinas. Historias como éstas son fácilmente recordadas, las características de los personajes, y el simbolismo rico en significado. Las parábolas eran una forma común de enseñanza en el judaísmo. Antes de cierto punto en Su ministerio, Jesús había empleado muchas analogías gráficas, usando cosas tan comunes que eran conocidas por todos (la sal, el pan, las ovejas, etc.), y su significado era bastante claro en el contexto de Su enseñanza. Las parábolas requerían de más explicación, y en un momento dado de Su ministerio, Jesús comenzó a enseñar utilizando exclusivamente parábolas. 

La pregunta es, ¿por qué Jesús dejaría que la mayoría de la gente se preguntara acerca del significado de Sus parábolas? El primer ejemplo de esto, está en Su relato de la parábola de la semilla y las diferentes clases de suelos donde cae. Antes de que Él interpretara esta parábola, se llevó a Sus discípulos lejos de la multitud. Ellos le preguntaron, “¿Por qué les hablas en parábolas? Y respondiendo Él, les dijo: Porque a vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido. Porque a cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. Y en ellos se cumple la profecía de Isaías que dice:

"AL OIR OIREIS, Y NO ENTENDEREIS; Y VIENDO VEREIS, Y NO PERCIBIREIS; PORQUE EL CORAZON DE ESTE PUEBLO SE HA VUELTO INSENSIBLE Y CON DIFICULTAD OYEN CON SUS OIDOS; Y SUS OJOS HAN CERRADO, NO SEA QUE VEAN CON LOS OJOS, Y OIGAN CON LOS OIDOS, Y ENTIENDAN CON EL CORAZON, Y SE CONVIERTAN, Y YO LOS SANE. Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen. Porque en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron.” (Mateo 13:10-17).

A partir de este momento en el ministerio de Jesús, cuando Él hablaba en parábolas, se las explicaba solo a Sus discípulos. Pero a aquellos que continuamente habían rechazado Su mensaje, eran dejados en su ceguera espiritual para preguntarse sobre su significado. Él hizo una clara distinción entre los que se les había concedido tener “oídos para oír” y aquellos que persistían en su incredulidad – aunque oyendo, pero nunca percibiendo realmente y “siempre aprendiendo, pero que nunca pueden llegar al pleno conocimiento de la verdad.” (2 Timoteo 3:7). A los discípulos se les había dado el don del discernimiento espiritual, por lo que las cosas del Espíritu les eran aclaradas. Por haber recibido la verdad de Jesús, se les dio más verdad. Lo mismo sucede ahora con los creyentes a quienes se les ha dado el Espíritu Santo quien nos guía a toda la verdad (Juan 16:13). Él ha abierto nuestros ojos a la luz de la verdad y nuestros oídos a las dulces palabras de vida eterna. 

Nuestro Señor Jesús entendía que la verdad no es una dulce música para todos los oídos. Simplemente porque hay aquellos que no tienen ni interés ni respeto por las cosas profundas de Dios. ¿Por qué, entonces, hablara Él en parábolas? Porque para aquellos con una genuina hambre de Dios, la parábola es un vehículo tanto efectivo como memorable para la transmisión de las verdades divinas. Las parábolas de nuestro Señor contienen un gran volumen de verdad en muy pocas palabras – y Sus parábolas, ricas en imágenes, no son fácilmente olvidadas. Así que, entonces, una parábola es una bendición para aquellos con oídos dispuestos para oír. Pero para aquellos que tienen el corazón y los oídos embotados, que son lentos para oír, una parábola es también una declaración de juicio.
Marcos.16.15. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. Marcos.16.16. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

viernes, 28 de julio de 2017

DEBERÍA UN CRISTIANO ESTUDIAR FILOSOFIA?.

¿Debería un cristiano estudiar filosofía?"

Respuesta: 
El estudio de la filosofía tiene que ver con el uso de la argumentación racional y el pensamiento crítico para analizar la forma en que los seres humanos piensan, conocen y perciben el mundo que les rodea, tanto el mundo físico como el mundo abstracto de ideas. Preguntas tales como "¿qué es real?", "¿se puede conocer la verdad?" y "¿qué es la belleza?", son preguntas filosóficas. Para los griegos, la filosofía —philosophia—, fue "el amor a la sabiduría". No hay nada de malo con que un creyente en Cristo Jesús ame la sabiduría (Proverbios 4:6; 7:4), y no hay ningún problema con que un cristiano estudie filosofía. El libro del Eclesiastés es muy filosófico, ya que trata con diferentes filosofías del mundo antes de llegar a la conclusión de que una filosofía que teme y obedece a Dios es la mejor (Eclesiastés 12:13).

Un cristiano cree que todas las preguntas relativas a la vida se pueden contestar por la biblia. Sin embargo, la filosofía es un campo de estudio académico fascinante, y, si la mente de un creyente se inclina hacia ella, el estudio de la filosofía puede ser edificante y resultar beneficioso en las relaciones que uno tenga con el mundo. Una comprensión de las diferentes filosofías de los hombres, es una herramienta valiosa en la evangelización. Pablo fue capaz de atraer a los filósofos en el Areópago, debido a su familiaridad con las escrituras griegas (Hechos 17:28), y citó a un filósofo cretense para dejar algo claro en Tito 1:12.

La fe a menudo se ve como una búsqueda "no-intelectual"; es considerada como algo que se entiende con el espíritu y el corazón y, por lo tanto, no necesita dar sentido a la mente racional. Esta idea se remonta a la antigüedad. La cultura griega que es la cuna de la filosofía, no podía entender el mensaje cristiano, que parecía irracional. La predicación de la cruz era necedad para los griegos, según 1 Corintios 1:23. Pablo aquí da a entender las limitaciones de la filosofía humana. La filosofía del hombre nunca podrá llegar a la verdad de Dios por su propia cuenta.

La sabiduría de Dios se revela al hombre cuando Dios le da la mente de Cristo. Sin la revelación de Dios, el hombre en su estado natural no puede entender las cosas del Espíritu de Dios (1 Corintios 2:14-16). La sabiduría no viene de la mente racional y natural, porque la mente del hombre y su razón están caídas; es decir, están afectadas por el pecado. La sabiduría es algo hermoso, poéticamente descrita como el trabajador que está al lado de Dios mientras él creaba el mundo (Proverbios 8:12-31). Para ser verdaderamente capaz de pensar racionalmente, es necesario introducir una persona a la última fuente de la sabiduría, que es Dios mismo. La fe en Dios no es necedad —aunque es percibida de esa manera por quienes confían exclusivamente en la razón —, es más bien lo que informa la razón. "Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía" (Hebreos 11:3). Por la fe, tenemos acceso a la verdadera sabiduría (Proverbios 3:5-6).

Por un lado, el estudio de la filosofía es totalmente inofensivo, es simplemente una manera de entender los conceptos humanos y aprender a pensar críticamente sobre el mundo. Por otro lado, si una persona no acepta la naturaleza caída del hombre como se revela en las escrituras, la filosofía puede convertirse en la afirmación de la razón del hombre como la última fuente de la sabiduría. Cuando las personas confían en su propio razonamiento para que los lleve a la verdad, ellos mismos se van a extraviar. Por esta razón, el estudio de la filosofía está plagado de peligros; los libros están llenos del razonamiento de los hombres inconversos, y el cristiano debe estar alerta. Aunque la filosofía como un campo de estudio es simplemente una herramienta que se puede utilizar para construir argumentos hermosos y esclarecedores basados en lo que Dios ha revelado de lo que es la verdad, o también se puede utilizar para destruir y confundir una mente caída que confía en sí misma y no en su creador.
Marcos.16.15. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. Marcos.16.16. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.