EN ORACIÓN (estas en oración)
Salmos.4.1. [Al músico principal; sobre
Neginot. Salmo de David.] Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia.
Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar; Ten misericordia de mí, y
oye mi oración.
Salmos.4.2. Hijos de los hombres, ¿hasta
cuándo volveréis mi honra en infamia, Amaréis la vanidad, y buscaréis la
mentira? Selah
Salmos.4.3. Sabed, pues, que Jehová ha
escogido al piadoso para sí; Jehová oirá cuando yo a él clamare.
Salmos.4.4. Temblad, y no pequéis; Meditad en
vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad. Selah
Salmos.4.5. Ofreced sacrificios de justicia,
Y confiad en Jehová.
Salmos.4.6. Muchos son los que dicen: ¿Quién
nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro.
Salmos.4.7. Tú diste alegría a mi corazón
Mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.
Salmos. En paz me acostaré, y asimismo
dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.
Salmos.42.1. [Al músico principal. Masquil de
los hijos de Coré.] Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así
clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Salmos.42.2. Mi alma tiene sed de Dios, del
Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?
Salmos.42.3. Fueron mis lágrimas mi pan de
día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
Salmos.42.4. Me acuerdo de estas cosas, y
derramo mi alma dentro de mí; De cómo yo fui con la multitud, y la conduje
hasta la casa de Dios, Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en
fiesta.
Salmos.42.5. ¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación
mía y Dios mío.
Salmos.42.6. Dios mío, mi alma está abatida
en mí; Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán, Y de los
hermonitas, desde el monte de Mizar.
Salmos.42.7. Un abismo llama a otro a la voz
de tus cascadas; Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
Salmos.42.8. Pero de día mandará Jehová su
misericordia, Y de noche su cántico estará conmigo, Y mi oración al Dios de mi
vida.
Salmos.42.9. Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué
te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?
Salmos.42.10. Como quien hiere mis huesos,
mis enemigos me afrentan, Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?
Salmos.42.11. ¿Por qué te abates, oh alma
mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de
alabarle, Salvación mía y Dios mío.
Lucas.11.1. Aconteció que estaba Jesús orando
en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos
a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.
Lucas.11.2. Y les dijo: Cuando oréis, decid:
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu
reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Lucas.11.3. El pan nuestro de cada día,
dánoslo hoy.
Lucas.11.4. Y perdónanos nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en
tentación, mas líbranos del mal.
Lucas.11.5. Les dijo también: ¿Quién de
vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame
tres panes,
Lucas.11.6. porque un amigo mío ha venido a
mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante;
Lucas.11.7. y aquél, respondiendo desde
adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están
conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos?
Lucas.11.8. Os digo, que aunque no se levante
a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le
dará todo lo que necesite.
Lucas.11.9. Y yo os digo: Pedid, y se os
dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Lucas.11.10. Porque todo aquel que pide,
recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Lucas.11.11. ¿Qué padre de vosotros, si su
hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le
dará una serpiente?
Lucas.11.12. ¿O si le pide un huevo, le dará
un escorpión?
Lucas.11.13. Pues si vosotros, siendo malos,
sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial
dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
Juan.17.1. Estas cosas habló Jesús, y
levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu
Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti;
Juan.17.2. como le has dado potestad sobre
toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste.
Juan.17.3. Y esta es la vida eterna: que te
conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
Juan.17.4. Yo te he glorificado en la tierra;
he acabado la obra que me diste que hiciese.
Juan.17.5. Ahora pues, Padre, glorifícame tú
al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.
Juan.17.6. He manifestado tu nombre a los
hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu
palabra.
Juan.17.7. Ahora han conocido que todas las
cosas que me has dado, proceden de ti;
Juan.17.8. porque las palabras que me diste,
les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de
ti, y han creído que tú me enviaste.
Juan.17.9. Yo ruego por ellos; no ruego por
el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son,
Juan.17.10. y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo
mío; y he sido glorificado en ellos.
Juan.17.11. Y ya no estoy en el mundo; mas
éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado,
guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.
Juan.17.12. Cuando estaba con ellos en el
mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y
ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se
cumpliese.
Juan.17.13. Pero ahora voy a ti; y hablo esto
en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.
Juan.17.14. Yo les he dado tu palabra; y el
mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Juan.17.15. No ruego que los quites del
mundo, sino que los guardes del mal.
Juan.17.16. No son del mundo, como tampoco yo
soy del mundo.
Juan.17.17. Santifícalos en tu verdad; tu
palabra es verdad.
Juan.17.18. Como tú me enviaste al mundo, así
yo los he enviado al mundo.
Juan.17.19. Y por ellos yo me santifico a mí
mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
Juan.17.20. Mas no ruego solamente por éstos,
sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,
Juan.17.21. para que todos sean uno; como tú,
oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que
el mundo crea que tú me enviaste.
Juan.17.22. La gloria que me diste, yo les he
dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
Juan.17.23. Yo en ellos, y tú en mí, para que
sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que
los has amado a ellos como también a mí me has amado.
Juan.17.24. Padre, aquellos que me has dado,
quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria
que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.
Juan.17.25. Padre justo, el mundo no te ha
conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste.
Juan.17.26. Y les he dado a conocer tu
nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en
ellos, y yo en ellos.
1. Juan.5.14. Y esta es la confianza que
tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.
1. Juan.5.15. Y si sabemos que él nos oye en
cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos
hecho.